Es un portero que hace poco ruido pero que tras salir del Barça donde como tercer portero con Ter Stegen y Cillessen apenas dispuso de minutos ni oportunidades, está ya en la élite del fútbol de Primera con el Valladolid. Llegó estando en Segunda y pese a que el año pasado hubo algunos momentos en los que pasó por la suplencia, este año vuelve a ser titular- el año pasado también acabó la temporada bajo palos en Pucela-. Es un valor seguro, solvente, eficaz y que comete pocos errores. Jordi Masip pasa por ser -a nuestro entender- un portero muy solvente y de nivel sobrado para estar en esta categoría. Incluso podría estar considerado entre los guardametas nacionales de mayor empaque y completo.
Esta jornada (20 de octubre’19) en el partido contra el Atlhetic de Bilbao dejó un enorme destello de su calidad. Con empate a uno en el marcador y ya hacia el final del encuentro, Muniaín realiza una gran jugada perfilándose para disparar de rosca al segundo palo. Jugada bella, precisa aunque -para suerte del Valladolid- algo predecible. Masip se anticipa a la intención del atacante vasco y saca una mano -dedos, más bien- para desviar casi con cierta suficiencia -aunque gracias a una muy buena estirada- el balón a córner. Sin duda, Masip realizó una de las grandes paradas de la jornada y de lo que va de Liga. Una parada, además, que en este sentido evitó la derrota y permitió sumar un punto a su equipo en un campo complicado y difícil frente a un Athletic en forma, que presiona y genera con sus armas juego y ocasiones.
¿Podría dar Masip un pasito más en su carrera y fichar por algún equipo con aspiraciones europeas? Es un interrogante que es todavía temprano para responderlo pero su nivel y características pueden ser muy adecuadas para clubes ambiciosos. El único ‘pero’ en su contra -aunque con matices- es su edad, entrado ya en la treintena. No sería por lo tanto una apuesta de futuro pero sí de presente. De hecho, su edad actual es ideal para el buen rendimiento de un portero.
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