La edad no perdona y tener 40 años no es cosa sencilla si se quiere competir al máximo nivel. Este año Buffon anunció su más que probable retirada del fútbol profesional. Lo hacía con unas expectativas ilusionantes. Su adiós podía coincidir con la fase final del Mundial de Rusia. Gran escenario para colgar los guantes pero el plan se torció antes de lo esperado cuando en la repesca de clasificación los italianos frente a Suecia fueron incapaces de remontar un 1 a 0 en contra en el partido de vuelta y quedaron fuera, para sorpresa de muchos, del Mundial de este verano. Duro revés para el guardameta que veía truncada una situación casi idílica y soñada para el cierre de una trayectoria extraordinaria. Todavía, en cualquier caso, quedaba mucha temporada por delante.
Otro de los retos era la Champions, título nunca logrado pese a haber disputado dos finales. Ambas, con derrota. En la ronda de octavos, con mucho sufrimiento y por momentos eliminados, consiguieron darle la vuelta frente al Tottenham y colarse en los cuartos. El sorteo no fue benévolo y les emparejó con el vigente campeón, el Madrid. En el partido de ida, en Turín, partido bastante redondo de los blancos que se llevaron del feudo juventino un claro y aparentemente definitivo 0 a 3. Pero en la vuelta el milagro se obró.
Los italianos salieron sin miedo a por el partido desde el pitido inicial y, así, en el minuto dos de encuentro un centro al segundo palo por encima del lateral Carvajal era enviado sin oposición a la red por Mandzukic. 0 a 1 y prácticamente todo el partido por delante. El Madrid, atosigado, veía como la Juventus le pasaba por encima. Y antes del descanso, en un calco prácticamente del gol anterior, nuevamente centro desde el costado defendido por Marcelo al segundo palo y otra vez el croata, de más estatura, encontraba el remate, que llegaba a tocar Keylor Navas pero no conseguía desviar fuera de los tres palos. No era ni el minuto 40 y el resultado reflejaba un panorama muy abierto para ambos. Un gol igualaba la contienda, algo que en los días previos y después de lo visto en la eliminatoria entre Barça y Roma parecía impensable. Más de uno creía que los blancos saldrían con la lección aprendida y abortarían cualquier opción de remontada.
La realidad es que no fue así y que la Juventus se creció. Y lo hizo tanto que un regalo de Navas, al no embolsar bien un centro al pecho, sifgnificó el gol de la igualada en la eliminatoria cuando Matuidi, que seguía la jugada, se encuentra ese balón muerto en el área pequeña y no sin esfuerzo lo envía a las mallas. El milagro se había producido y todabía quedaba prácticamente media hora. En ese tiempo el Madrid se lanzó al ataque, más con el corazón que con la cabeza pero creó oportunidades para cambiar las cosas. Buffon estuvo fino y les negó cualquier posibilidad.
Tiempo de descuento y aparición en escena de un protagonista inesperado. Prácticamente en el 93, el último del añadido, Cristiano deja un balón de cabeza dentro del área pequeña para que Lucas Vázquez busque el remate. Benattia, central de la Juventus, desesperado por evitarlo presiona al atacante para dificultar el gesto y el atacante madridista al notar el contacto, cae. El árbitro pita un penalti dudoso, discutible y que no da margen de reacción. Buffon pierde los papeles y es expulsado. Entra el suplente con una tarea casi imposible. Cristiano no se pone nervioso, aguanta la presión y ejecuta un disparo imparable para el meta polaco de la Juventus, que ve como el balón entra como una exalacion por su izquierda. Bonita estirada pero inútil. Pequeño arreón y pitido final. Así acabó la andadura este año de Buffon, en los cuartos de final de la Champions, dando la cara pero muriendo enla orilla. Obrando un milagro que solo una decisión polémica pudo negar. Para la historia, en cualquier caso, quedará el partido.
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