Rocambola con Courtois. El fichaje del portero belga por parte del Madrid desencadenó el fichaje de Kepa Arrizabalaga por el Chelsea este verano en un movimiento correlativo, que también había amenazado con tocar al español Reina y que dejaba al Athletic a pocas semanas para el comienzos de Liga sin portero titular. El montante de la operación se movió sobre los 80 millones de euros. Que tengamos constancia nunca se ha pagado tanto por un portero. Ni por Buffon en su momento cuando la Juventus se lo quiso llevar del Parma. El caso de Arrizabalaga se presenta en un contexto muy distinto, con un mercado al alza también para los porteros. Alisson Becker, de hecho, también este verano, fichado por el Liverpool había marcado una cifra récord sobre los 70 millones de euros, desembolsado en beneficio de las arcas de la Roma y que fue superada en apenas cuestión de días o semanas.

Arrizabalaga llega a un Chelsea en plena transformación, entrenado por el ex del Nápoles, Maurizio Sarri, que de un estilo algo racano, defensivo y peligroso a la contra busca ahora monopolizar el control del juego y dominar de forma apabullante con la pelota al adversario. De momento, pasadas alguas jornadas en la Premier, los resultados están llegando con pleno de victorias. Atrás, el guardameta vasco, una de las grandes promesas del Continente, cuenta con una gran oportunidad para consolidarse en el arco de uno de los clubes más potentes del mundo. Sorprende, en parte, el fichaje dada la poca experiencia en alta competición de Kepa, que apenas había disputado una cincuentena de partidos de Liga al máximo nivel. Cierto es que hoy por hoy con tanta liquidez y clubes poderosos al acecho, poca es la paciencia que se puede tener para hacerse con los servicios de jugadores de futuro incierto aunque estimulante. Arrizabalaga, que fue de segundo al Mundial de Rusia’18 y que hay quien ya sitúa como titular de la selección absoluta española tras la mala actuación de De Gea este verano, a priori cuenta con muchos años por delante para rendir de forma muy fiable. Técnicamente dotado y con una gran personalidad, sin duda puede ya estar considerado entre la quincena de mejores guardametas del momento. Puede que la cifra esté inflada pero la inversión a largo plazo puede que compense con un arquero que puede garantizar muchos años de tranquilidad y buen hacer en la meta ‘blue’.