Cantada y debate sobre la titularidad de De Gea

El partido, debut de España en el Mundial de Rusia, frente a Portugal en el partido con más cartel de todos los disputados en la primera jornada fue hasta la fecha el más espectacular de todos ellos. Seis goles, tres por cada lado, iniciativa en el marcador para ambos, golazos, un penalti y una ‘cantada’. Hubo, por lo tanto, de todo y muchos alicientes para un debut que acabó con un regusto más que amargo, positivo.

La polémica sobre la destitución de Lopetegui a dos días para el comienzo del torneo lo ensombreció todo y casi eclipsó al propio partido. Con Hierro, en el banquillo, las dudas eran muchos y los riesgos, también. España salió con un once muy equilibrado, con ‘jugones’ en la parte de arriba pero con Koke y Busquets ofreciendo la consistencia que no se había demostrado en los últimos dos amistosos, que abrieron muchos interrogantes. La selección supo reponerse a un primer gol de Ronaldo, de pena máxima, tras penalti, dudoso y muy discutible, de Nacho, que el arbitro pitó ayudado desde la distancia por el videoarbitraje del VAR. Gol a los pocos minutos e inferioridad en el marcador al poco de empezar.

Diego Costa, en una magnífica jugada precedida probablemente de falta sobre Pepe -por un codazo-, finta y esconde el balón a los dos contrales por dos veces y envía un disparo inapelable a la derecha del meta portugués Rui Patricio. Cuando ya quedaba poco para el final del primer tiempo, nuevamente Cristiano en un disparo seco, duro pero centrado consiguió que el combinado luso se avanzara en el marcador. De Gea no estuvo fino en una mala acción técnica cuando el balón se le escapa abajo y se va hacia dentro de la portería.

La segunda parte fue de España, que consiguió remontar el marcador con otro gol de Diego Costa y una bolea sensacional del lateral derecho del Madrid, Nacho, que enganchó una pelota de disparo cruzado al segundo palo desde el borde del área grande ante el que nada pudo hacer el guardameta portugués en una buena aunque estéril estirada. El empate definitivo llegó en los últimos instantes, tras una falta bien forzada por Ronaldo -aunque innecesaria para los intereses de ‘la Roja’, provocada por Piqué- que la estrella merengue ejecutó perfectamente y envió sin remisión al fondo de las mallas. Empate en un partido donde España mereció más, demostró que es un conjunto fuerte, sólido, capaza de reponerse dos veces a estar en inferioridad en el marcador, con muchos recursos, pegada pero también alguna duda (puede que en la portería).

De Gea, salió señalado. En el segundo gol falló y se mostró inseguro o dubitativo en alguna que otra salida. El debate está servido aunque parece que el portero del Manchester United cuenta con crédito más que de sobras para cometer algún error (algo humano y que todos los jugadores hacen). El futuro de España en este campeonato, si sigue por la senda del primer encuentro, es ilusionante. Y a De Gea se le espera. El de las grandes actuaciones, sobrio, serio, ágil, rápido y espectacular.