Dos porteros erigidos en los ‘héroes’ de estas ‘semifinales’ de la Champions League 24/25

Ya se sabe que el fútbol, en general, no es exageradamente grato con los porteros. Solo hace falta ver los premios individuales alcanzados a lo largo de la historia de este deporte para darse cuenta que normalmente los reconocimientos y mayor admiración suelen recaer sobre los que más hacen por alcanzar el gol y no pararlo ni frenarlo. Estas semifinales de Champions, en cualquier caso, han estado una enorme excepción con dos cancerberos en estado de gracia y que han sido fundamentales para que sus equipos, Ínter de Milán y PSG, lleguen al partido de Múnich de finales de mayo. Si no fuera por ellos podría decirse, sin atisbo de duda, que no lo habrían logrado.

El suizo Yann Sommer con el cuadro milanista evitó tres o cuatro ocasiones clarísimas que le negaron la gloria a Eric García y Lamine Yamal del Barça. Algunas a bocajarro y otras sacando a córner disparos muy escorados a los que llegó con la yema de los dedos. El propio portero, en declaraciones posteriores y tras ser reconocido como «el mejor jugador del encuentro», aseguraba que probablemente había sido «el mejor partido» de su carrera futbolística. Y eso que ha pasado por equipos com el Monchengladbach, Bayern de Múnich o la propia selección helvética. Partidos de alto nivel y gran exigencia ha vivido unos cuantos. El de ‘semis’ en San Siro es el cúlmen que lo sitúa como uno de los más destacados del panorama internacional actual.

El otro, en la segunda semifinal, fue el italiano Donnarumma, del PSG, que en los primeros diez minutos de partido frente al Arsenal del técnico español Arteta sacó dos o tres balones inverosímiles. Uno de ellos, a disparo, sin visibilidad del ex del Madrid Odegaard, descomunal. Abajo, a su izquierda y cerca del palo, sacó una mano fuerte, espectacular y decisiva. En la segunda parte, voló también para desviar una pelota que se colaba muy cerca de la escuadra derecha. Sus intervenciones, con una ventaja corta de 0 a 1 en la ida para el cuadro galo no solo les mantuvo en la eliminatoria sino que a la postre inclinó la balanza a su favor, desmoralizando a los adversarios que con el paso de los minutos fueron perdiendo la efervescencia inicial, descafeinada también por dos goles de los parisinos, que certificaban virtualmente su pase a la gran final de esta preciosa y muy entretenida edición de la Champions.

Dos porteros, por lo tanto, erigidos en grandes protagonistas, héroes y determinantes que han permitido que sus equipos se clasificaran para un escenario y ocasión deportiva extraordinarios. A la vez ha servido también para reividincar el valor e importancia de una posición del campo fundamental y muchas veces esencial para la consecución de grandes logros. //