Parece que haya pasado mucho tiempo desde que Luís Enrique revolucionara la seleción española para la última Eurocopa, con un combinado muy hecho a imagen y semejanza de lo que buscaba y que en su primer gran torneo internacional tuvo un desempeño más que notable, alcanzando las semifinales frente a Italia (a la postre campeona europea ante Inglaterra). Después, cierto, también llegó la decepción en el último Mundial de Qatar’22, donde se quedó lejos de los objetivos y que desembocó en un sorprendente desenlace con la salida del técnico asturiano (que a fecha de hoy suena como enésimo recambio para el banquillo del PSG, verdadera ‘trituradora’ de grandes entrenadores de reconocido prestigio). Al frente de la española está Luís de la Fuente, reciente ganador este pasado fin de semana (junio’23) de la Liga de Naciones frente a Croacia en una disputadísima final ante los Modric, Kovacic, Pericic y compañía de contrastada experiencia y enorme calidad.
La ‘revolución’ en cualquier caso a la que nos referíamos unas líneas más arriba afectó también a la portería. Con Casillas, por entonces, ya en la parte final de su carrera y discutida su titularidad, sobre todo tras el terrible batacazo del Mundial de Brasil’14 donde España estuvo muy lejos de lo esperado, todo parecía indicar que sería el turno de David de Gea, para hacerse con el puesto bajo palos e iniciar una etapa como la vivida por otros guardametas muy recientes como el propio Casillas o Zubizarreta alguns años antes. El varapalo y las actuaciones discutibles en el Mundial de Rusia’18 generaron dudas y se abrió también el debate sobre quién debía ser el inquilino de la meta española.
Luís Enrique, que como él suele decir «me va la marcha», se lanzó a la piscina apostando por un guardameta sin demasiada experiencia al máximo nivel por entocnes y lejos de los grandes focos que alumbran la Champions y los mejores estadios de Europa, como los de Manchester, Londres, Múnic, Turín, Milán, París, Madrid o Barcelona, por citar solo algunas de las principales ciudades con los clubes de mayor alumbrón. La papeleta recayó sobre un debutante, Unai Simón, cancerbero del Athletic de Bilbao, tras las salidas de Arrizabalaga al Chelsea (segundo fichaje de un portero más caro de la historia, tras el del brasieño Alisson por el Liverpool) y de Álex Remiro, que tras su cesión al Eibar parece que tenía un precontrato con la Real Sociedad (club en el que milita desde hace varias temporadas y dando un gran rendimiento).

Así las cosas, Simón fue el elegido por el asturiano con unas actuaciones algo irregulares en aquella Eurocopa, donde realizó algún error de bulto pero de los que supo rehacerse, demostrando carácter y personalidad y acabando el torneo con una nota muy digna. Su temple y buen juego de pies puede que sean dos de sus grandes cartas de presentación o uno de los principales argumentos de la elección del por entonces seleccionador. Fue, en cualquier caso, arriesgado pero en general puede decirse que salió bastante bien. Para Qatar las dudas estaban bastante disipadas aunque existían quienes reclamaban una oportunidad para el meta del Manchester United, que con su club estaba a gran nivel y era el titular de uno de los clubes (aunque en horas bajas) más potente del continente.
Simón, sea como fuere, genera ya bastante consenso e incluso ha dado lugar para la rumorología que lo sitúa lejos de San Mamés. En este última fase final de la Liga de Naciones, final four, ha estado de sobresaliente. Mención a parte la tanda de penaltis contra Croacia y una parada antológica, de gran rapidez de moviemientos, elasticidad y agilidad que a la postre, tanto de Carvajal mediante de medio panenka, fue decisiva. ¿Ha llegado el momento para volar más alto? Difícil de saber, conscientes de la mística particular del Athletic en el País Vasco.

0 comments on “Unai Simón se consolida con la selección y mira de tú a tú a los mejores”