Han pasado diversos entrenadores en los últimos años por el banquillo del Sevilla, muchos con éxito en sintonía con el buen hacer del club hispalense que de pasar a jugar y dominar en la Europa League ha dado el salto para competir entre los más grandes de la Champions. Fruto de ellos son los cuartos de final alcanzados en la presenta temporada dejando fuera en la ronda previa al todopoderoso Manchester United de Mourinho y plantándole cara al Bayer de Múnic. Precisamente contra los bávaros, en el partido de ida, fue titular David Soria, un guardameta que ha ido teniendo sus oportunidades en los últimos años, sobre todo en Copa del Rey y competición continental, y algo menos -aunque sí ha jugado también de titular en ocasiones- en la Liga.
Soria es un portero de buena estatura y muy buenas condiciones que durante este tiempo ha competido con Sergio Rico por el marco del Sevilla. Este último es el que en mayor o menor medida ha salido mejor parado de la disputa. Ha jugado más partidos haciéndose prácticamente un habitual e incluso ha llegado a ir convocado con la selección española absoluta pero en las últimas jornadas ha visto y sufrido también pitos que han discutido su presencia bajo los palos. Cierto es que ha cometido algún error más o menos de bulto pero, en general, su rendimiento ha sido más que bueno, en muchos casos rayando en una nota alta.
En esta última jornada, en campo del Celta, ha sido el turno para Soria. El resultado no podía ser peor: contundente derrota por 4 a 0 frente a un equipo, el gallego, que con estos tres puntos se mete de lleno peleando con el propio Sevilla por hacerse con una plaza para la próxima Europa League. Con cuatros goles encajados, ¿jugó mal el meta sevillano? Pues por extraño que pueda parecer lo cierto es que no. Tuvo mala suerte en el primer y cuarto gol, no pudo hacer nada en el segundo aunque sí falló en el tercero. Por su parte el Sevilla tuvo sus oportunidades que no supo o pudo materializar ante un gran Sergio Álvarez, titular en el arco ‘celeste’ en detrimento del que venía haciéndolo en las últimas jornadas, el joven y prometedor Rubén Blanco.
Volviendo a Soria, en el primer gol salva un primer remate cercano y en un segundo intento por sacar el balón, éste acaba estrellándose en el cuerpo de un compañero y entrando en la portería. El segundo es un disparo cruzado al segundo palo, abajo, raso, inapelable. En el tercero falla al intentar despejar un balón largo con el pie fuera del área y deja al atacante con todas las facilidades para anotar. Y en el cuarto, después de realizar una gran parada en un disparo abajo, al lado izquierdo y muy cerca de los pies -donde más cuesta-, ve como Iago Aspas remacha y envía al marcador el definitivo y cuarto gol. Entretanto, realizó en el primero tiempo un ‘paradón’ espectacular a remate de Aspas dentro del área, centrado, balón botando, buena bolea y despeje a mano cambiada en una actuación soberbia. En la segunda parte, saca también con el pie derecho un remate a bocajarro.
El marcador podría incluso haber sido más abultado. La actuación de David Soria, a excepción de un error puntual -que siempre se puede cometer- podría valorarse de notable. La pregunta ahora es si seguirá o no con la titularidad. Los resultados no están acompañando y el Sevilla está ‘flirteando’ con la posibilidad de quedarse fuera de competición europea la próxima campaña, algo bastante desastroso para un club que viene haciéndolo muy bien desde hace ya casi una década y que está llamado a ser el cuarto club de España, por detrás de Barcelona, Madrid y Atlético. En cualquier caso, la competencia es alta y también hay otros clubes que aspiran a emular el ejemplo de los andaluces.
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