David Soria-Diego López, empate a cero en un bonito duelo de porteros

Son dos de los mejores porteros de la Liga. Uno, ya con 38 años, con su equipo en puestos de descenso, con una bonita y exitosa carrera por detrás; y el otro, más joven, llegando a su plenitud deportiva, luchando por meterse en Champions, de plenas garantías y con un futuro por delante ilusionante. El primero es Diego López, portero del Espanyol. Y el segundo, David Soria, del Getafe. Ambos realizaron, en su enfrentamiento, un buen partido con actuaciones clave para el empate a cero final.

De hecho, a destacar, el rendimiento del Espanyol en campo visitante y quedándose con diez antes del minuto veinte. Rocosos, sólidos, fuertes, realizaron un buen encuentro, concediendo poco e incluso tuvieron opciones para llevarse el partido. Tres puntos que habrían sido vitales en su lucha por salir de los últimos puestos. Aún así, y según transcurrió el partido, ‘punto de oro’, que los saca del farolillo rojo (tras la derrota del Leganés en campo del Barça) y que los acerca algo -poco- más al objetivo de la permanencia. En palabras de su capitán, David López, al término de los noventa minutos: «Supimos sufrir, ser solidarios». «Que nadie nos dé todavía por muertos, lucharemos hasta el final», añadió.

Por su parte, David Soria, que también habló tras el partido, lamentó «no haber sabido aprovechar la ventaja numérica» y  no haber conseguido tres puntos clave para el objetivo de la Champions -que tras el empate queda algo más lejos aunque todavía con opciones-. Soria fue determinante en varias de sus intervenciones como en un uno contra uno o en un centro lateral, seco, abajo, que buscaba la entrada del compañero por el medio del área pequeña y que consiguió interceptar, pegado al pie, haciendo alarde de gran agilidad. Reacción felina que evitó el remate a placer del chino Wu Lei.

Por su parte, Diego López firmó la intervención del encuentro ya en el descuento final a remate del canario Ángel, picado, al poste derecho del guardameta. Plástica estirada desviando el balón y bloqueando también el rechace del que se aprovechaba el catalán Cucurella. Antes, había hecho gala de sangre fría, casi helada, en un par de salidas con el pie fuera del área.

Partido duro, no muy vistoso, con dos fuertes bloques que se batieron en cada disputa por el balón y que terminó en un reparto justo de puntos tras lo visto sobre el terreno de juego durante los algo más de 90 minutos. Sobre el césped, a ambos lados, bonita oportunidad de ver frente a frente a dos de los mejores guardametas del torneo, que corroboraron su alto nivel competitivo. //

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