Rubén Blanco, ante su gran oportunidad para consolidarse como una sólida promesa

Portero joven, nacido en 1995, de 24 años, Rubén Blanco ya lleva varios años en la primera plantilla del Celta de Vigo. El año pasado, desde la llegada del técnico Fran Escrivá, fue titular indiscutible. Lo jugó todo y lo sigue haciendo esta temporada pese al mal arranque del equipo en la Liga y que ya hace que se especulé sobre la posible salida del entrenador. Y eso pese a tener posiblemente una de las plantillas más competitivas de los últimos años con jugadores como Aspas, Rafinha, Denis Suárez o Santi Mina (que vuelve al club gallego tras su paso por el Valencia).

Blanco llegó en categoría infantil al Celta procedente, según leemos, del Santa Mariña y pasó por la cantera con muy buenas perspectivas de futuro hasta alcanzar el primer equipo, donde la llegada no fue posiblemente la más esperada, interrumpida por lesiones y bloqueada en parte por el buen rendimiento del hoy suplente Sergio Álvarez.  De Blanco destacan particularmente sus muy buenas condiciones técnicas y también físicas: con 1,88 metros y unos 70 kilos de peso. Es un portero ágil, rápido y bastante completo sobre el que, según su actual técnico, podría estar este año dando «su mejor nivel».

Para el guardameta esta es, posiblemente, una de sus mejores oportunidades para cumplir con el reto que se ha marcado de conseguir la regularidad bajo palos y disputar una cifra de encuentros «entre 30 y 38». Lo cierto es que desde su debut, los números y registros de partidos disputados han ido creciendo desde los 11 con Berizzo en la temporada 16/17 a los 25 de la pasada campaña. Las cifras, en cualquier caso, evidencian una alternancia en portería que no siempre es la mejor para tener confianza. Imprescindible o fundamental en una posición tan especial.

Blanco tiene contrato con el Celta hasta 2023 y del rendimiento del conjunto probablemente dependa también su cotización como guardameta que, en cualquier caso, lo sitúa -todavía bastante joven- como una de las promesas más sólidas de la portería española para los próximos años. Se ha hablado incluso de un posible seguimiento del seleccionador nacional de sus evoluciones para una hipotética inclusión como guardameta en alguna de las convocatorias. Tiempo al tiempo. Primero habrá que ver si sigue bajo palos y si consigue la regularidad tan necesaria. Condiciones le sobran.

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