Dmitrovic, ante su gran oportunidad para ser titular en un Sevilla inesperadamente en crisis

El portero serbio, suplente habitual desde su llegada al Sevilla el verano de 2021, está ahora con la llegada del nuevo entrenador, el vasco Mendilíbar, ante su gran oportunidad para ganarse un puesto bajo palos, en un club en crisis a solo dos puntos del descenso y muy lejos de los objetivos fijados en el inicio de la temporada, cuando el club miraba a los cuatro puestos de Champions como la prioridad número uno para el curso que empezaba.

Muy lejos queda ya todo aquello, con una mala, inesperada y reconocida planificación de la plantilla por parte de Monchi, que ha llevado a dos cambios y tres nombres al banquillo hispalense cuando todavía prácticamente queda un tercio de temporada por delante. Para Dmitrovic, que ha renunciado a ir con su selección en este parón que enfrenta a Serbia con Lituania y Montenegro, clasificatorios para la Eurocopa de 2024, es casi una ocasión de oro para reencontrarse con un técnico que ya tuvo en el Eibar durante cuatro temporadas y durante las cuales fue titular indiscutible frente al prometedor Joel Rodríguez y el veterano y consistente Asier Riesgo. Dmitrovic venía de hacerlo muy bien en Segunda, en las filas del Alcorcón.

De 1,91 metros y noventa kilos, el balcánico es un guardameta sobrio, potente y con carácter; con temple, buen juego con los pies y juego aéreo: de notable, en general. No cualquiera se hace con un hueco en Primera y menos en un club como el Sevilla, que no tiene especial paciencia con los guardametas. Vienen a la cabeza lo casos, más o menos recientes, de Soria, Rico o el checo Vaklic, que pese a tener muy buen nivel no acabaron por afianzarse en la portería del club de Nervión.

Dmitrovic, en este tiempo no ha jugado mucho, en buena parte por el gran hacer del marroquí Yassine Bono, considerado en estos últimos tiempos como uno de los mejores en su puesto. Puede, no obstante, que algunos pequeños errores y la actuación colectiva del conjunto -por debajo, sin duda, de las expectativas- abran la puerta y oportunidades a otros menos habituales. Y es ahí donde jugadores como el meta Dmitrovic luchan por hacerse con un puesto.

De momento, el movimiento de renunciar a la convocatoria le da unos entrenamientos ‘extra’ con un técnico con el que ya se conocen y que demostró su amplia y gran confianza en sus cualidades durante los años que coincidieron en tierras vascas. Bono, por su parte, tiene por delante un par de amistosos estos próximos días -contra Brasil y Perú- y volverá para Sevilla a mediados de la semana próxima. Todo indica, por lo tanto, que el serbio, en buena lógica podría ser la primera opción de Mendílibar para el próximo partido. Veremos si Marko Dmitrovic consigue hacerse con un puesto que, históricamente, ha sido muy exigente y difícil de retener, casi escurridizo, para muchos de sus ilusionados y persistentes aspirantes.