Rui Silva se afianza en la portería de un Betis que puede soñar este año con la Champions

Le ha costado pero después de cierta alternancia durante este inicio de temporada en el Betis, parece que Rui Silva empieza a afianzarse en la portería del club andaluz. Con él se han conseguido algunos de los pocos partidos con la portería a cero y consolidar la parte de atrás- algo débil en los últimos años-, que venía siendo una necesidad si se quería dar el salto en la clasificación y juego que se ha alcanzado las últimas jornadas. Los béticos se encuentran terceros en la clasificación, por delante de la Real Sociedad, Atlético de Madrid y un Barcelona en horas bajas y profunda reconversión.

Silva se incorporó este pasado verano procedente del Granada, libre, sin necesidad de pago por el traspaso, y con un contrato para cinco temporadas. Después de alternar titularidad con el chileno Claudio Bravo, que llegó también libre aunque en este caso la campaña anterior y del Manchester City de Guardiola que lo había descartado como potencial titular, las lesiones de este último le han dado la oportunidad de demostrar su calidad. Y su rendimiento habla sin fisuras. También, en buena medida salvo excepción, lass cifras.

Rui Silva, de 27 años y ya internacional con Portugal, con quien fue convocado para la pasada Eurocopa, fue una de las grandes sensaciones la pasada temporada, en un Granada bastante defensivo pero que desde su llegada a la Primera División está superando todas las expectativas iniciales, marcadas en la permanencia. En este tiempo ha sido un equipo que le ha puesto las cosas muy difcíles a equipos con más tradición en la máxima categoría. Este año, con nuevo técnico, parecen buscar un fútbol más vistoso y ofensivo de la mano de l’ex-ayudante de Luis Enrique, Robert Moreno.

Rui Silva, por su parte, puede acabar con las dudas existentes en la meta del Betis en los últimos años, tras la marcha del ex-madridista Adán y de tan buen rendimiento en tierras andaluzas, previo paso y poco afortunado al Atlético de Madrid, donde Oblak no le dio opción hasta recalar el año anterior en el Sporting de Lisboa.