¡Qué semana de Champions hemos tenido! Liverpool y Tottenham han protagonizado dos remontadas históricas y épicas que pasarán a la memoria de este torneo, ya de por sí espectacular desde sus inicios en este nuevo formato. Si el martes el Liverpool le daba la vuelta a un 3 a 0 de la ida favorable al Barça, el miércoles los Spurs de Londres cambiaron el rumbo de su eliminatoria tras ir por debajo durante tres cuartas partes de la misma. Un joven y atrevido Ajax supo y pudo imponerse durante todo el primer partido y también durante los primeros 45 minutos del encuentro de vuelta. Después lo que pasó fue un milagro colocando en la final a dos de los mejores guardametas del momento y del mundo.
Becker y Lloris, los dos en la Premier, uno brasileño y el otro francés, han protagonizado un muy buen torneo y llegan a la final con contribuciones protagonistas y determinantes al último encuentro del campeonato, que dirimirá quien alza la ‘orejona’. Difícil quedarse con uno de ellos como difícil es elegir entre las gestas realizadas por sendos conjuntos. Ambos merecen ese lugar y entre los dos, sobre todo, el Liverpool que fue netamente superior al equipo culé en el cómputo de los 180 minutos. Para el Tottenham una segunda parte de ensueño -con la crucial participación del español Llorente como delantero centro ‘boya’ generando muchas dudas entre los dos centrales del equipo holandés- permitió darle un giro a un partido que parecía cada vez más lejos. Lucas Moura con un hat-trick rubricó la remontada, de la que se pueden asimismo salvar dos intervenciones del meta camerunés Onana de gran nivel, agilidad y reflejos.
Alisson Becker es sobre todo sinónimo de sobriedad y colocación. Hugo Lloris, por su parte, es plasticidad, capacidad de reacción y potencia de salto. Los dos, de escuelas y estilos muy dispares y casi opuestos, nos brindarán la posibilidad de disfrutar de sus participaciones -dos de los mejores del mundo a juicio de muchos especialistas en la actualidad- para conocer hacia donde se va esta Champions League. Bonita sorpresa ya que el Tottenham apenas había alcanzado en toda su historia una final de Copa de Europa y fue en los años cincuenta. Y el Liverpool, algo más habituado a grandes partidos -jugó la final del año pasado frente al Madrid, que perdió 4 a 1 tras un mal encuentro del portero alemán Carius- podría sumar otra gran gesta a una trayectoria apasionante, vibrante y muy emocional.
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