Cuesta de creer pero desde hace unos días o semanas, esa es la pregunta que mucha gente (o alguna) plantea: ¿pasa Oblak por una crisis de rendimiento? Díficil de responder aunque a nuestro entender es un claro y contundente «no». Pero, ¿por qué surge esa pregunta, que ha ocupado espacios televisivos y dado pie a que muchos comentaristas -más o menos duchos en el tema- opinaran sobre ello? La respuesta se encuentra en algún que otro error cometido en este comienzo de temporada -que ya se acerca al ecuador- y el inicio algo titubeante en defensa del Atlético de Madrid.
El error que parece que ha encendido las alarmas o que ha cuestionado algo el rendimiento del portero esloveno fue el gol encajado en el campo de la Juventus y que a la postre supuso la derrota ‘colchonera’. Un disparo en una falta lateral, bastante escorada, fuera del área, más pensada para un centro que un disparo y que el argentino Dybala metió entre los tres palos de chute potente, fuerte y preciso, y que incluso tocó el larguero. A nuestro entender fue más un golazo que un error del guardameta del Atlético de Madrid.
Es cierto que hay poco ángulo y que el balón entra algo centrado pero lo hace con mucha violencia, con barrera, poca visibilidad y es muy sorpresivo. Nadie espera un disparo de esas características y menos con esa velocidad y contundencia. Pocos porteros, pensamos, serían capaces de hacer algo ante aquel chute. A las dudas surgidas precisamente por aquel gol se suman cifras que alimentan más el debate: las principales, que el equipo del ‘Cholo’ Simeone lleva siete partidos seguidos encajando un gol, algo que no ha pasado demasiado pero que no se debe solo al rendimiento del esloveno. El equipo ha perdido puntales fundamentales en la zaga, además de importantes lesiones, y es normal que se requiera tiempo de rodaje y acoplamiento entre unos y otros.
Inicios en el Atlético de Madrid, también entre dudas
Para nosotros, Oblak sigue a gran nivel si bien puede ser que haya cometido algún error que en otras campañas no se le habían visto pero que, por ejemplo, sí había hecho en sus comienzos con el Atlético. De hecho, no hay que olvidar que la primera vuelta, a la llegada del ex del Benfica a Madrid, el tituar fue el mallorquín Miguel Ángel Moyá, que solo perdió cuando cayó lesionado. Seguro (o casi), en cualquier caso, que tanto el equipo como el guardameta volverán a mostrar su mejor versión y, probablemente, no tarden demasiado, sobre todo, si quiere seguir vivos y con serias aspiraciones tanto en la Liga como en la Champions.
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