El portero argentino del Girona está viviendo uno de los momentos más dulces de su carrera deportiva, después de debutar con empate frente a Osasuna en la jornada 11 de la presente liga (22/23) y afianzarse de forma bastante sólida y consistente desde entonces, en un conjunto que tuvo ciertos problemas en el inicio de campaña en esa posición, con algunos errores graves y que les hicieron ‘coquetear’ con las posiciones de descenso. Los de Míchel, que desarrollan un juego muy ofensivo, de posesión y atractivo, tienen su talón de aquiles en los goles encajados, ya que son muy pocas las porterías a cero conseguidas en lo que va de curso.
Gazzaniga, de todos modos y en líneas generales, ha ofrecido en los más ya de quince partidos disputados esta campaña un nivel más que óptimo, que le ha valido el interés del Girona por quedárselo a final de temporada, tras la cesión desde el Fulham con los que acaba contrato este mes de junio. Puede negociar, por lo tanto, desde este mes de enero, pero por parte del meta argentino, superada ya la treintena (nació en enero de 1992 en la población de Murphy) y con buena parte de su trayectoria (con altos y bajos, e irregular) en el fútbol inglés, todavía no es momento de pensar en el futuro, con la permanencia como gran objetivo y que a estas alturas parece al alcance del club catalán.
Gazzaniga llegó al fútbol español con quince años, a las categorías inferiores del Valencia, donde no tuvo demasiada fortuna. Fue entonces cuando decidió, con gran riesgo probablemente, apostar fuerte y probar suerte en un equipo, el Gillingham, de la League Two (la tercera inglesa). Allí las cosas, el escenario, se aclaró y fichó por un Southampton recién ascendido a la Premier y entrenado por Pocchetino y donde, según leemos, también coincidió con el ex de la cantera del Barça y hoy en el Girona, Oriol Romeu. Con contrato para cuatro temporadas, una de ellas fue cedido al Rayo Vallecano en Segunda. Hizo buen año y se fue al Totthenham, para nuevamente jugar poco e irse en otra cesión, esta vez, al Elche. De ahí, al Fulham y a la cesión actual al Girona. En este tiempo, en Premier ha disputado una carentena de partidos y cinco de Champions League. En la Liga SmartBank participó en más de 30 encuentros.

Todo este batiburrillo de datos, de experiencias y de idas y venidas, pone a las claras lo difícil que es hacerse un hueco entre la élite de este deporte. A Gazzaniga parece que le ha llegado el momento de disfrutar de cierta estabilidad y regularidad, aunque habrá que verse si a este guardameta, de estirpe de porteros (el abuelo y el padre lo fueron. Éste último, incluso, llegando a jugar con River Plate, con quien ganó una Intercontinental a mediados de los años ochenta), opta por seguir donde se encuentra o, nuevamente, se inclina por un cambio y sigue la aventura. Con todo, ha llegado incluso a debutar con su país, Argentina. De irse: ¿de qué lado caerá esta vez la moneda? Parece claro, en cualquier caso, que todo el esfuerzo hecho en este tiempo ha merecido la pena.
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