Hasta la fecha, en los últimos años, había cierto consenso sobre quién era el mejor portero de la Liga: el debate se movía básicamente entre Oblak, del Atlético de Madrid, y Ter Stegen, del Barça. Y, ampliando algo el espectro, se podía incluir en esta terna a Asenjo, del Villarreal, o Keylor Navas, del Real Madrid.
Para nosotros la irrupción esta temporada con regularidad bajo los palos del Athletic de Bilbao de Kepa Arrizabalaga es una auténtica sorpresa, un huracán, que ha trastocado todo el campeonato y que ha centrado los focos sobre este joven guardameta que el pasado verano disputaba el Europeo con la sub-21 española y que si no pasa nada raro irá de segundo portero al Mundial de Rusia. Arrizabalaga, que la pasada campaña alternaba bajo los palos del equipo vizcaíno con dos buenos porteros como Gorka Iraizoz y Iago Herrerín, está realizando una temporada de ensueño. Y para muestra, un botón. O lo que es lo mismo, el partido de ayer en el Bernabéu.
Dejó dos intervenciones dignas de mención y al alcance de pocos, tanto en la Liga como a nivel internacional. La primera es un paradón, puros reflejos, en una falta sacada por Kroos y rematada por Varane que Kepa saca milagrosamente. Cierto es que se había quedado a media salida, en tierra de nadie y que eso acortaba los tiempos de reacción. El cabezazo es a quemarropa pero la capacidad de respuesta es extraordinaria. Con ello evitaba el empate a 1. En la segunda mitad un genial Asensio se saca de la chistera de una jugada sin trascendencia en un balón que se iba por el banderín de córner una oportunidad clara de gol. Recorta y amaga hasta presentarse en las inmediaciones del área pequeña, aunque algo escorado hacia un costado y con un ángulo estrecho. No obstante saca un disparo cruzado perfecto al segundo palo y casi imposible de parar. Arrizabalaga desvía por línea de fondo con una mano abajo difícil de creer.
Dos destellos en el Bernabéu que contribuyeron a señalarlo como la gran sensación de esta temporada bajo palos y que pese a renovar con el Athletic este pasado invierno sería extraño que no hiciera las maletas en los próximos años con vistas a nuevos horizontes y un más que probable fichaje por algún equipo de Champions. Es joven, con mucho futuro y gran calidad. Seguro que los más ‘grandes’ del Continente le tienen el ojo echado. Razones sobran.
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El Guardameta 
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